Hoy como siempre me levante a las corridas, miro en mi reloj y ya marcaba las 8:23, el despertador no habia sonado, y a las 8:30 tenia que estar saliendo al trabajo…
Salto de la cama y a medio vestir bajo para tomar mi café, con una bota en la mano, el cepillo en la otra, haciendo malabares meto mi taza en el microondas y me doy cuenta que no habia luz… Me resigne al café y sali poniendomé la campera tratando de agarrar el bolso corriendo para no perder el omnibus… Mi celular, sin bateria otra vez, el corte de luz habia interrumpido la carga… Incomunicada todo el día, raro de sobrellevar, pero bueno iba a tener que soportar eso, no había otra opción…
Ya arriba del omnibus, con la almohada todavía dibujada en mi cara, pidiendo por favor no cruzarme con nadie, me acomodé en el ultimo asiento mirando por el vidrio como la ciudad pasaba ante mis ojos. Sentí por primera vez en el día que ya podía dejar de correr…
Después de unos largos 40 minutos, veo a lo lejos la parada donde debía bajar, me levanto, toco el timbre, me doy cuenta que la gente no era la misma que la de todos los días, pero bueno bajé igual…
Los negocios asombrosamente estaban llenos de gente, habia chicos por todos lados, que pasaba? Por qué no estaban en el colegio? Estas preguntas y muchas mas, cruzaban por mi mente mientras caminaba hacia la oficina… Mmm, bancos cerrados? Ahora si que es raro…
Frené a una persona para preguntarle que pasaba, y me contesto algo que en ese momento no quería escuchar… o si? “Nena, qué es lo que te parece tan raro? Los sábados suelen ser siempre así…!” Era sábado!, y mi horario era de lunes a viernes!!
En medio de la bronca y la felicidad, me senté en el primer bar que encontré, me regalé el café que me debía y me fumé ese cigarrillo tan ansiado. Luego volví a casa y dormí hasta el mediodía como suelo hacer los fines de semana…
La tecnología se apoderó de nuestras vidas poco a poco sin que lo percibamos. La vida gira en torno a ella…
Que hubiese pasado si la luz no se cortaba? El despertador no hubiese sonado, pero me hubiese parecido normal. El celular me funcionaría y tal vez hubiese visto el día en él. O tal vez prendía la tele y me daba cuenta por la programación…
A veces vivimos presos de nuestro confort, de nuestras comodidades. Reemplazamos el reloj a pilas por uno eléctrico, la hornalla por el microondas, sin celular nos sentimos desahuciados… Son creaciones grandiosas pero nos olvidamos que antes podíamos vivir sin ellas, nos olvidamos como lo haciamos, por lo que hoy nos volvimos presos de nuestros propios inventos…